sábado, 13 de noviembre de 2010

¿Y dónde quedo yo en todo ésto?


La verdad es que a mí, personalmente, el "título" de "Hombre entrañable 2010" no me suena muy bien y como sé que Félix y Tappy, Tappy y Félix, al alimón (que no sé por qué, pero es una palabra que me hace gracia) son un poco mamoncetes (aunque igualmente entrañables), supongo que también han caído en la cuenta de que tal galardón suena más bien a "abuelete cebolleta cuenta-historias". Sin embargo, lo aceptaré con agradecimiento y un poquito de prudencia, por si acaso. Ya se sabe que muchos galardones suelen volverse en tu contra.

Y decía yo que cuál es mi posición con respecto a las dos entradas de mis vecinos... Pues puedo contar mi versión.

Por orden cronológico, Tappy fue el primero. Le conocí una noche de monólogos en Sunflowers, un local que en Sevilla se usaba antes que Garufa para que los Nuevos Cómicos de Paramount probaran sus textos. Es cierto que en aquella época, hace casi un siglo ya, estaba GOOOORRRRDDDO, no me atrevería a decir como una nutria por respeto al reino animal, pero... Fui esa noche a Sunflowers porque mi amigo Iván (la otra mitad de IVAJU de la que hablaba Tappy antes) me dijo que había monólogos en esa sala. Y allí apareció él, tras la actuación de un tipo que era profesor de gimnasia en un instituto con un monólogo que no me disgustó, la verdad. En cuanto Tappy subió al escenario, lo llenó (tampoco era difícil en aquella época..., aunque ahora, con 153 kilos menos, sigue haciéndolo). De aquella noche recuerdo su gag sobre "el clip del Word"; un gag que ha pasado a los anales de la historia (una palabra fea, esa de "anales") del humor en este país; y el de: "...me dijeron que el dios del amor era Eros y me tiré tres meses metiendo el nabo en un bote de mermelada". Antológico.

Cuando acabaron las actuaciones fui a hablar con él porque yo quería hacer monólogos y le vi más cercano..., fundamentalmente porque la sala se estaba vaciando al final del espectáculo y estábamos cerca de la salida los dos. Él me remitió, amablemente, a la que por aquella época era la coordinadora de Paramount, la ínclita María Iglesias, que fue la que me dio las pautas y los ánimos para que empezase en esta locura de los escenarios.

El resto de la historia, por no alargarla mucho más, continúa con el capítulo de Juan Diego y Ricardo Castella, mi salida de foco en la primera actuación ytodo éso que ha contado Tappy. ¿Algo que añadir? Sí. Tappy estaba gordo por aquélla época, pero iba a todas partes en bici (¿cómo mantenía su figura? ni idea)..., hasta aquel día en el que, cuando salimos del hotel, de su bici sólo encontramos la cadena... No volvimos a saber de ella.

¿Y Félix? A la historia de Félix casi no hay nada que añadir, salvo que ese día en el que debutaba en Garufa yo estaba como comodín de María Iglesias; o sea, que ella no podía estar y me dejó encargado del tinglado, me pasó el teléfono de los dos cómicos con los que compartía escenario y fue así como tuve mi primer contacto con el señor Félix Vida: telefónicamente. Recuerdo su voz juvenil y sus nervios al teléfono pidiéndome perdón por haber perdido el tren (como si el tren hubiese sido mío), mientras yo miraba el reloj y le decía que le daba tiempo de sobra. Cuando llegó vi que era un yogurín, nervioso, asustado y con la sensación de estar pensando "¿qué leches hago yo aquí?". Félix, en aquella época, es cierto, estaba delgado (que no es que ahora no lo esté. Lo que pasa es que ahora tiene ya cuerpo de... adulto). Sinceramente, no recuerdo su monólogo, pero es cierto que dije que venía "allende los mares", porque "allende" es otra palabra que me gusta, como "al alimón".

Tengo que reconocer que ha habido una época monologueril en la que he tenido el privilegio de presentar a muchos cómicos que se subían por primera vez a un escenario. Ahora todos, o casi todos, están triunfando por ahí. Yo sigo presentando gente nueva en Garufa de vez en cuando...

¿Algún dato "entrañable" de Félix? Después de aquella actuación suya coincidimos un par de veces más en Garufa, en actuaciones suyas, y hablamos bastante. A la tercera o cuarta vez que estuvo allí me dijo "tengo algo para ti". Y me regaló un CD de Chet Atkins y Tommy Emmanuel: "The day finger picking took over the world". ¡¡Ni siquiera recuerdo cómo ni en qué momento le dije que no conseguía encontrar ese disco y que me gustaba!! Y cada vez que lo pongo en mi cadena de música me toco (unos acordes) pensando en Félix.

Sí señor, dos tipos entrañables. (Ahora me voy a pomer un poco moñas). Siempre he dicho que si algo tengo que agradecerle a Paramount no es que me siga dejando subir al escenario a hacer el ganso y tratar de que la gente se lo pase bien. Lo que le agradezco es el haberme dado la oportunidad de conocer a gente tan fantástica, tan generosa, tan buena (en el más amplio sentido de la palabra) y a la que quiero un mogollón (y lo digo sin estar en el estado número tres de la borrachera: el enaltecimiento de la amistad). Y en ese grupo están, por supuesto, muy arriba, Tappy y Félix, Félix y Tappy, al alimón. (Fin del modo moñas).

Eso sí, no quita todo ésto que siga pensando que son unos mamoncetes por lo del premio "hombre entrañable de 2010".



P.D.: lo sé, es muuuuuy largo, pero vosotros habéis escrito sobre una persona; yo lo he hecho sobre dos. Ahora os queda hacer lo propio entre vosotros. Ahí os lanzo el guante.

P.P.D.: Y os dejo otro guante más (ahora con el fresquito vienen bien): lo del peine creo que puede ser una buena firma propia. ¿Os animáis a hacer las vuestras?

1 comentario: