miércoles, 17 de noviembre de 2010

Cómo conocí a vuestro... Tappy

Empecé por Juanma por la sencilla razón de que soy incapaz de recordar como conocí a Tappy. Hablo de conocerlo en persona, porque ya lo conocía a través de la televisión y supongo que por eso mismo, cuando lo vi por primera vez, creo que ni le hablé. Y si lo hice, fue más como fan que como persona que quería hacer monólogos.  Un tímido: “Tío, encantado de conocerte… Me gusta mucho lo que haces…”

Esa fue nuestra primera vez, y estoy seguro que él tampoco la recuerda. Es fácil de explicar: yo guardo algún vago recuerdo porque conocí a una persona que admiraba; él no lo recordará porque yo era uno más de los que se acercaban a decirle que era muy bueno. Es normal, porque sólo tendemos a acordarnos de lo extraordinario.

Más tarde, llegaría nuestra segunda primera vez (aunque he olvidado si se produjo algún encuentro más entre ambas citas). Al joven mozo que nos ocupa lo acababan de designar para corregir los monólogos de los cómicos en Sevilla y yo fui una de sus primeras víctimas. 

Lo recuerdo muy jovial, más simpático de lo que yo esperaba. No es que de impresión de hombre serio, pero las correcciones por aquel entonces se producían en un ambiente demasiado formal para lo que entiendo debe ser la comedia. Eso me impactó. Luego fue todo rodado. Una corrección a medias con María y él, y yo sin tener muy claro a quién debía atender.

A partir de aquí, os juro que soy incapaz de reconstruir hechos de forma ordenada y que expliquen cómo hemos llegado hasta aquí. No sé qué pasó después, no recuerdo cuál fue nuestra siguiente conversación… nada. Y sin embargo, aquí estamos…

Y eso, sin duda, es lo que más me gusta de Cómo conocí a vuestro… Tappy. A veces suceden cosas de manera tan natural que no eres capaz de recordar cómo empezaron ni cuáles fueron sus pasos. A veces suceden cosas que parece que nunca sucedieron porque da la impresión que siempre estuvieron ahí.

En definitiva, algunas veces, que al final son siempre, suelo presumir de amigo.

PD. Un beso grande para mi correctora oficial de publicaciones en el blog ;)

1 comentario:

  1. Es cierto. A veces ocurren cosas de forma tan natural que no recuerdas cómo empezaron... De hecho cuando me preguntan en qué momento de mi vida empecé a quedarme calvo no soy capaz de dar una fecha. Simplemente ocurrió. Suerte que tiene uno.

    ResponderEliminar